Mucho se habla de las inteligencias múltiples, pero sobre la astucia financiera muy poco se habla en Colombia; la mayoría de los colegios ni siquiera tiene una asignatura como esta en sus currículos.
Aunque la cátedra de emprendimiento puede tener una aproximación, lo cierto es que, en la mayoría de los planteles la misma se queda sólo con nociones de planeación y proyección de proyectos productivos con ejecución en las muestras empresariales, abarcando conceptos transversales básicos de costos, gastos, ingresos, y con suerte financiación.
Para que un ciudadano se forme en finanzas de manera ideal, se requiere de una transición larga en un instituto comercial que tenga en su pensum asignaturas ligadas a ese énfasis como la matemática financiera, de tal manera que, al llegar a la edad adulta, sepan tomar decisiones informadas.
Un joven que haya logrado completar su ciclo de bachiller técnico en operaciones comerciales y financieras, llegará a la universidad preparado para desarrollarse en facultades como economía, administración, contaduría o comercio exterior, entre otras, con mucha facilidad. Y si no lo hace, podrá equilibrar sus finanzas personales con más asertividad que otras personas de la misma edad a lo largo de su vida.
Hoy los padres de familia tienen una responsabilidad más preponderante que en el pasado, pues deben procurar que sus hijos aprendan a más temprana edad habilidades financieras, de tal manera que sean precavidos con sus actos y las consecuencias que desencadena cada decisión mal tomada, pues salir de un crédito toma muchos años, entonces más vale que ésta sea por algo que mejore su calidad de vida como: una casa, o una idea de negocio, y no por comparendos.
Un ejemplo de ello es la ley anti-ruido: 2054 de 2025, la cual impone multas que fácilmente podrían llegar hasta los 22 millones 768 mil pesos. Monto con el que cualquiera podría iniciar una micro-empresa, en vez de hacerse acreedor a dicha deuda por necedad.
 
                                 
			








 
		     
								
