Parodiando una obra del gran escritor español Fernando Savater quiero referir esta columna al inmenso valor que representa el educar una nueva generación. Para muchos, esta tarea es propia de la escuela, la cual tiene que dar elementos de formación humana e intelectual que permita al niño y al adolescente defenderse en la sociedad.
Sin embargo la tarea de educar hace parte de la responsabilidad de una sociedad que poco a poco ha abandonado esa importante tarea. En primer lugar, la educación de nuestros niños tiene que ser responsabilidad de los padres quienes desde el hogar tienen que formar en valores, en cualidades y talentos que permitan que nuestros pequeños sean personitas de bien. Valores tales como la responsabilidad, el respeto, la vida, la oración, la solidaridad, la resolución pacífica de conflictos, tienen que gestarse en los hogares.
Los medios de comunicación y la redes de internet tienen una gran responsabilidad en este campo pues sus contenidos son digeridos por nuestros niños y adolescentes y de ellos toman modelos los cuales deberían ser idóneos para que ellos se conviertan en ejemplo para la actual y futura sociedad. Aquí, los padres tenemos un gran compromiso de vigilar qué ven, qué escuchan, qué plataformas de internet visitan nuestros hijos, qué amigos tienen a través de las redes sociales y así poder orientarlos en sus actividades diarias. Y claro, la escuela no puede ser ajena a esta labor, pues como docentes debemos no solo impartir clases magistrales en las cuales damos una serie de conocimientos teóricos para que el joven se enfrente a una sociedad cada vez más competitiva sino que debemos sembrar esos valores que tanto se necesitan. Invitar a que nuestros alumnos vivan en ambientes solidarios, respetuosos, responsables, donde el estudio, la lectura, la reflexión crítica ayuden a los estudiantes a ser directores de su propio proyecto de vida.
Necesitamos crear una sociedad más justa, más honesta, más responsable, más respetuosa de la vida, de los bienes y de la honra de los demás y eso se logrará solo si todos nos comprometemos con la educación de nuestros niños y jovenes.