Cinco días después, el lunes 23 de agosto, en un sector boscoso de la Loma de Cruz, en la parte posterior del barrio Alto Bonito, una persona que buscaba leña halló una bolsa que, tras verla sospechosa, dio aviso a las autoridades para que revisaran su contenido. Ya en la escena, los uniformados comprobaron que se trataba de un cuerpo humano, al que le faltaba la cabeza.
Los investigadores, minutos después, dieron a conocer que las dos partes encontradas de manera similar, correspondían a Jhon Fredy Restrepo Ramos, de 33 años de edad.
Desde el mismo momento del hallazgo, las autoridades indicaron que ya contaban con las primeras pistas de lo que le pudo suceder a este hombre que, según la versión de un testigo, fue visto por última vez ingresando a una vivienda en la zona donde fue hallado su cuerpo.
DATO: El homicidio habría ocurrido el mismo día en que fue arrojada la cabeza en el barrio Fuenmayor.
El apoyo de las cámaras de vigilancia también fue pieza clave para librar una orden que permitió el allanamiento del predio que había visitado la víctima.
Al ingresar al lugar, los investigadores sometieron los espacios a pruebas avanzadas de criminalística, en los que aplicaron el reactivo químico Bluestar, lo cual les permitió hallar elementos, tales como el trapeador, sábanas y toallas, con rastros de sangre, dejando en evidencia de que allí se había cometido el crimen.
Así mismo, al interior de la construcción, se encontraron abundantes dosis de sustancias alucinógenas, dosificadas, listas para ser distribuidas.
De igual manera se informó que con la orden judicial se logró la captura de tres personas, entre ellas una mujer, que fueron dejadas a disposición de la autoridad competente.
En cuanto a los móviles del crimen, la Fiscalía indicó que el homicidio de Restrepo Ramos habría ocurrido por el no pago de deudas.
Voceros de la entidad también manifestaron que uno de los agresores, en compañía de la mujer, fueron los que arrojaron la cabeza en el barrio que era frecuentado por la víctima.
Sobre Restrepo Ramos se dijo que era bugueño de nacimiento y que durante los años de juventud fue un gran deportista.
Uno de sus familiares recuerda que hizo parte del equipo de boxeo de este municipio, donde su desempeño era óptimo, tanto que logró representarlo en diferentes torneos. Sin embargo aclaró que, cuando abandonó la práctica de este deporte, comenzó su vida en las calles, en las cuales cuidó motos en las afueras de un establecimiento de venta de comidas y también tomó otros rumbos hasta terminar como habitante sin techo.
Amanda, la madre de este hombre, se gana actualmente la vida como vendedora ambulante en la ciudad, pues el padre, hace muchos años, salió de la casa y no se volvió a saber de él.
Los allegados de Restrepo, pese a su triste final, se quedaron con la imagen de aquel niño que jugaba bolas con sus primos y que amaba compartir con su familia.