De acuerdo con lo explicado, este grupo se convierte en una confraternidad mundial para todos aquellos afectados por la adicción de alguien más. Como programa de Doce Pasos, ofrece ayuda al compartir las experiencias vividas como mensaje de fortaleza y esperanza.
«La coadicción es una enfermedad que se considera casi como una pandemia y aparece cuando en una casa o entorno familiar hay una persona adicta a las drogas y es tal el impacto que por cada adicto hay 77 o más personas afectadas por lo que para nosotros, la dependencia a las drogas, es una enfermedad contagiosa», explicó Julieta M., vocera del grupo en Tuluá.
En el caso de la Villa de Céspedes, ya existe la comunidad paralela de Narcóticos Anónimos donde se atiende a los pacientes y con el apoyo de NAR-ANON ahora se puede atender a las familias.
La idea es entregar un mensaje de esperanza para los adictos en recuperación que aman y se preocupan por otra persona con la enfermedad de la adicción.
«Queremos decirle a los tulueños y la gente de la región que abrimos las puertas para ayudarle a las personas que viven esta problemática y que deben ser concientes que la única manera de ayudarle a quien sufre de la adicción es liberándolo de la carga de la culpa y el señalamiento social», precisa la líder, tras agregar que NAR- ANON no es una organización religiosa, pero sí espiritual que propende por el desarrollo integral del ser humano.
Los tulueños o centrovallecaucanos que deseen mayor información pueden comunicarse al 316 3721774.