Aunque en muchas zonas del país aún se mantiene la tradición de celebrar la Semana Santa con representación en vivo, en el municipio de Andalucía de a poco se fue desmontando y hoy hace parte de los bonitos recuerdos de los católicos no solo en la Cuna del Talento sino en todo el Valle del Cauca, pues en la semana mayor era uno de los sitios más visitados para presenciar el paso de las procesiones de domingo de ramos y el Santo Víacrucis.
Detrás de esa actividad había un gran colectivo que, de la mano con el párroco de turno, se esmeraba al máximo año tras año para sacar avante cada una de las celebraciones.


Ensayos, montaje de coreografías, diálogos y actuaciones teatrales hacían parte de todo un rito que se empezaba a preparar con antelación sin importar que el libreto no variara porque siempre se hacía con base en el Santo Evangelio.
Dura es la ley…
La Semana Santa en vivo de Andalucía empezó a desaparecer como una consecuencia directa de las normas vigentes en Colombia que prohíben patrocinar o financiar eventos de corte religioso, pues con ello se viola la condición de estado laico consagrado por la Constitución de 1991.
«Esa barrera legal es la que impidió que siguiéramos adelante con una actividad religiosa y llena de misticismo, pues cada uno de nosotros dábamos lo mejor para que la representación fuera de la mejor», dijo uno de los participantes consultado por EL TABLOIDE.

La experiencia de Jesús
Uno de los más reconocidos en este trabajo cultural de los andaluces es Gustavo Calero Vélez, quien durante tres décadas llevó la representación de Jesús de Nazaret, imprimiéndole a su papel toda la realidad y el dramatismo que encierran la pasión y muerte en la cruz.

Su imagen, montado en un borrico para representar la entrada triunfante a Jerusalén, hace parte de la memoria colectiva de los andaluces que se acotumbraron a verlo llevando con orgullo esa representación.
Pero quizá el momento culmen de la actuación de Gustavo Calero llegaba con el Santo Viacrusis, donde lograba tal realismo que hacía brotar lágrimas a muchos de los que acudían para acompañarlo en cada uno de los pasos y que culminaba con su crucifixión en el atrio de la parroquia de San Vicente de Ferrer.
«Era uno de los momentos más impresionantes de esta celebración de la Semana Santa, pues el realismo que le daban era impresionente y hacía sentir a los católicos la pasión de Jesús en su camino hacia El Calvario» recuerda el periodista Herney Montaño, quien en varias ocasiones hizo el cubrimiento de cada una de las actividades que se programaban.
También recuerda que el primero en representar a Jesús fue Gustavo Calero Vélez y luego tomó el papel Jhon Jawer Garzon. «Los dos hicieron actuaciones magistrales en los años que les correspondió y se notaba el misticismo y el amor por lo que hacían», precisa.
La última semana en vivo se celebró en el año 2016 cuando el padre Oscar Pareja Durán regentaba los destinos de la parroquia San Vicente de Ferrer.