Ese día, desde temprano y tras el mañanero desbloqueo de las entradas sur y norte del municipio, se respiraba un aire tenso, era como si se estuviera viviendo un capítulo real del famoso cuento de Gabriel García Marquez que hablaba que algo malo iba a pasar, solo que en Tuluá, a diferencia del relato macondiano, sí pasó.
DATO: Aún no se ha determinado el monto total que habrá de invertirse en la restauración del Palacio de Justicia.
En la tarde, un poco más alla de las dos, llegaron a la plaza cívica Batalla de Boyacá los primeros manifestantes, imberbes muchachos que empezaron a formar un primer anillo al frente del parque y que, a su vez, era envuelto por olor a canabis.
Ante la mirada estupefacta de los pocos transeúntes y curiosos que a esa hora merodeaban por el sector se descargaron sendos cargamentos de piedras que minutos después serían proyectiles que se estrellaban contra vidrios de edificaciones públicas como la alcaldía, el edificio de Empresas Municipales, la Fiscalía y de entidades crediticias como Davivienda, almacenes y concesionarios de motocicletas.
Dos horas después de iniciada la refriega la fuerza pública parecía incapaz de hacerle frente a una enardecida muchedumbre con el deseo de acabar con todo.
Con el caer de la noche, sucedió lo inesperado. Los manifestantes, tras derribar semáforos y otros bienes públicos, eran llevados hacía el río Tuluá en procura de someterlos pero se vieron frente al Palacio de Justicia, el cual fue incendiado en cuestión de segundos.
La imagen que se tornó dantesca le dio la vuelta al mundo y fue el triste colofón de una revuelta que, además de los daños que fueron millonarios, segó la vida de Camilo Arango, un joven estudiante de la Uceva que perdió la vida en hechos que aún están revestidos por el misterio.
Lo que sigue
Un año despues, el palacio sigue en ruinas y aunque la alcaldía ordenó el cierre preventivo ante el riesgo de colapso de la estructura afectada por las llamas, las obras no empiezan.
De acuerdo con Alonso Betancourt Chávez, director del Departamento Jurídico de la alcaldía local, los recursos para acometer los trabajos de restauración y reconstrucción del Palacio de Justicia provendrán de los recursos de las aseguradoras con las que la Administración Municipal contrató las pólizas para proteger los bienes públicos y que incluye el sistema de semaforización.
“Ha sido un proceso legal que para el común del ciudadano resulta lento pero que radica en las características de la edificación que tiene un valor histórico y unas condiciones patrimoniales y arquitectónicas especiales”, dijo Betancourt Chávez.
“Ya se determinó que se hará una intervención en el edificio número 1, es decir, el que está sobre la calle 26 y las carreras 27 y 28, y ese será un proceso que se desarrollará por parte de la aseguradora”, añadió.
Agregó que en primera instancia se trabajará en acondicionar el espacio para que los jueces retornen a sus despachos de siempre.
“Ha sido un proceso lento, pero ya superamos la parte más difícil y ahora se deberán iniciar las obras”, puntualizó.
Héctor Melo – Vecino del palacio “Ese día, desde temprano, se sentía un ambiente pesado y luego de dar un recorrido por el parque vi que estaban amontonando piedra y me vine corriendo para decirle a los vecinos que cerraran todo que se iba a poner maluco. Ya en la noche vi las imagenes y me dio rabia y dolor al ver como se quemaba el Palacio de Justicia”. | JOSÉ W. MURILLO – Abogado “Esa tarde cerré temprano la oficina porque todo estaba tenso. Ya en la casa me empezaron a llegar las imágenes y ver arder la justicia representada en el palacio, me causó dolor y desconcierto, pues es una prueba que las desigualdades a causa de la no existencia de justicia es lo que genera la violencia”. | Luis F. Horta – Líder político “Estaba laborando en mi negocio que está ubicado en Nariño. Con lo del Palacio de Justicia, sentí asombro total, sentí como si muchas cosas se derrumbaran no solo por el palacio, sino por los negocios, y se me estremeció el alma cuando mataron a Camilo Arango y llegaban videos de heridos, fue un día que no se me borrará nunca de los recuerdos”. |