Muchos de nosotros hemos pasado por momentos difíciles ante la llegada en la vida de un proceso de duelo. Pero, ¿qué es un duelo? Éste se define como “un proceso psicológico y emocional que se presenta ante una pérdida, ya sea un trabajo, de un ser querido o cualquier otra cosa significativa”.
Estos duelos pueden producir en nosotros situaciones de depresión, de angustia, de rabia, de impotencia que en muchas ocasiones pueden llevar, incluso, a la muerte y por eso es importante tratarlos adecuadamente.
Hay que tener mucho cuidado cuando una situación de duelo llega a nuestros hogares. Pensemos en la tristeza que produce la muerte de un ser querido: nuestros padres, hermanos, hijos, etc. ¿Qué reacción tomamos ante esta situación? En primer lugar, es importante manifestar ese dolor a través del llanto. Llorar nos ayuda a desahogar la angustia y la tristeza que representa esa pérdida para nosotros, incluso el mismo Jesús lloró ante la tumba de lázaro y era solo un amigo y sabía que lo iba a resucitar (Juan 11,35).
En segundo lugar, es muy importante tener al lado grupos de apoyo representados en la familia, la cual deben mantener lazos de unión fraterna que les permita compartir el mismo dolor y acompañarse mutuamente. Así mismo, grupos de amigos que nos ayuden a salir del letargo y el vacío que nos produce la perdida de ese ser querido a través del diálogo, la compañía y que nos ayuden a ver la vida de otro modo.
Y por último, y no menos importante es muy necesario unir nuestro dolor a Dios a través de la oración. La plegaria a Dios por quien ha fallecido y por la familia que queda, nos da mucha fortaleza en medio del dolor.
En nuestra ciudad estamos trabajando fuertemente en este tema y para eso apoyamos una unidad de duelo donde prestamos el servicio de acompañar no solo en la parte espiritual sino también en la parte psicológica, los procesos de duelo que se viven ante la pérdida de un ser querido.