No existe la tan cacareada y anhelada Paz Total, es un embeleco. Los hechos así lo demuestran. Las intenciones de este y otros Gobiernos pueden ser sanas, pero la paz, pareciera tener pocos amigos. Quien lo creyera, pero así es.
El actual Gobierno nuevamente se metió en esa tarea. Y volvemos a lo mismo, el pasado en presente, a la dilatación de diálogos, a las talanqueras de uno u otro lado y a eso se le suma que los grupos ilegales en el momento en que deben cesar el accionar de sus armas, las hacen sonar con más crudeza, dejando una huella de sangre y dolor indelebles a lo largo y ancho del territorio nacional.
“El compromiso en esta Ley como política de Estado de paz, es cumplir con los acuerdos de paz del Teatro Colón con las Farc, pero además empeñar la palabra y cumplirla con la desmovilización de todas las fuentes que generan muerte y sangre en Colombia. Ese es el gobierno del cambio y la única manera de hacer un gobierno del cambio, es con paz total, que busca lograr justicia social”, expresó en su momento, en el mes de noviembre de 2022, el entonces ministro del Interior, Alfonso Prada Gil.
“La Ley de la Paz Total, es el nuevo contrato social que garantizará los derechos fundamentales de la gente en el Gobierno del Cambio del presidente Gustavo Petro, en donde la Seguridad Humana se basará en la protección de la vida y su plena realización a partir de políticas sociales, medioambientales, económicas yculturales”, reza el texto final de la información publicada en la web del Ministerio del Interior, después de que se sancionara la Ley de la Paz Total.
En el papel suena muy bonito. Si se tratara de otro proyecto en el que el paso del tiempo va dando razones, la espera bien vale la pena. Vaya y venga.
Pero cuando se trata de la vida de seres humanos, la cosa cambia. No se puede titubear. Toda duda o falta de coherencia implica la muerte de más colombianos en
los territorios.
Por eso, no se ilusione. Lo único que se puede lograr, en el mejor y más optimista de los escenarios es un cese de conflictos en algunas zonas, y ojalá así sea, porque la única paz que sobrepasa todo entendimiento es la que nos ofrece Jesús, el Mesías. Lo demás es carreta.