Los conflictos no han cesado en los últimos meses y ha sido más que evidente la violencia, crímenes, polémicas, indisposiciones sociales y perturbaciones ininterrumpidas a la paz de las personas, no solo en nuestro municipio o departamento, sino en todo el país.
Entre el rendimiento de algunos departamentos del gobierno y la inseguridad social que ha generado en muchas personas la desesperanza respecto de la justicia, muchas personas se han decidido a enfrentar los problemas por mano propia, con intenciones de administrar justicia bajo disposición propia.
Si es imprescindible que alguien actúe, que haga algo al respecto, inminen-temente necesario, sin embargo, hay que tener en cuenta que hay que procurar enfrentarlos por las buenas. Esperando una intervención de quien obedece a dicha responsabilidad una que ha tardado más de lo que debería, las personas se acogen a la auto tutela sin detenerse a pensarlo dos veces, porque la espera sin acción lo único que desata es aún más caos, si esto está o no justificado… podría decirse que es mucho más complicado que solo pensar en solucionar lo que está pasando por cuenta y bajo reglas propias.
El derecho a las garantías es para todos sin distinción, por esa y otras razones, algunos aspectos como la seguridad y el acceso a la información relevante y acertada no debe obstaculizarse en ninguna circunstancia y menos en este momento, que cualquier pequeña noticia o acontecimiento hace temblar el territorio obedeciendo a un efecto mariposa a gran escala con un batir de alas casi destructivo. En los últimos días se ha expresado públicamente la incompetencia, la desconfianza, la desinformación y la preocupación, reacciones perfectamente comprensibles y generalmente aceptadas, porque hasta quienes han estado en desacuerdo, han llegado a considerar las enormes consecuencias de lo que nos aqueja a todos.