En algunas columnas anteriores he comentado sobre los avances del deporte colombiano, tanto a nivel masculino, como femenino. No obstante lo anterior, también he señalado algunas falencias, con especial referencia al balompié masculino.
En efecto, la eliminación del mundial de fútbol de Qatar, evento que se desarrollará en próximos meses, ha dejado un sabor amargo en los seguidores de esta práctica deportiva. La lentitud del juego, la falta de definición a la hora de anotar, las disputas personales entre jugadores o entre estos y el cuerpo técnico, han ahondado dicha crisis, la misma que se refleja a nivel de los clubes de la liga de nuestro torneo profesional.
No en vano, en los últimos años, estos no han avanzado a instancias definitorias de la Copa Libertadores de América, por ejemplo.
Se espera que con la designación del nuevo técnico del combinado patrio, empiece una nueva era, que reviva aquella de la talentosa escuadra conformada por jugadores como El Pibe Valderrrama, Faustino Asprilla, El Patrón Jorge Bermudez, Leonel Alvarez, Fredy Rincón (q.e.p.d), entre otros.
Por otro lado, preocupa el desempeño de nuestros ciclistas en el viejo continente, en los últimos años, dado que no han tenido un protagonismo tan marcado, como cuando Nairo Quintana, en varias temporadas, figuró entre los tres primeros de la clasificación general del Tour de France, o cuando ganó la vuelta a España y el Giro de Italia, o cuando Egan Bernal se coronó campeón del mencionado Tour.
Si bien estos logros han ocurrido en el pasado reciente, incluyendo el triunfo de Bernal en el Giro de Italia en el 2021, las victorias de nuestros connacionales en etapas en las grandes carreras europeas señaladas, han sido esporádicas. Además, llama la atención que cuando se presentan las etapas de alta montaña y cuando se espera que los nuestros se destaquen, estos, con algunas excepciones, generalmente ceden terreno.
Pareciera ser que los europeos han aprendido a subir con potencia, completando así un triángulo expecional, en cuanto a habilidades se refiere, esto es, subir y bajar bien y arrollar en las jornadas contra el cronómetro.
Con lo dicho no se pretende desconocer la gran labor de nuestros deportistas en el exterior. Se trata, más bien de repensar las estrategias de preparación, tomando como referente el triángulo aludido.
Con respecto al fútbol, en una columna anterior anoté lo que modestamente considero pertinente. Espero, que un replanteamiento actitudinal, estratégico y económico, ha de permitir que nuestro deporte siga brillando con mayor intensidad, allende las fronteras del país.