Ayer se cumplieron los 200 años de instalación del primer Concejo del Municipio de Tuluá. Fue un 30 de mayo de 1825 cuando se reunió o se instaló el primer concejo municipal, que estuvo integrado por José Vicente Ramírez, Ignacio Corrales, Francisco José de Rojas, José Antonio Correa, Francisco Miguel Medina, José Joaquín de Llanos y José María Lozano y Victoria.
Estos siete ciudadanos hicieron parte de aquella primera reunión de la corporación edilicia y, como tal, dio inicio a la vida municipalista de Tuluá. Lo que se celebró no fueron 200 años de fundación sino de vida administrativa aparentemente autónoma, no dependiendo de Buga o como uno de los Cantones de la Gran Provincia de Popayán, sino que ahora contaba como municipio.
Sin embargo, la iglesia de San Bartolomé se construyó 50 años después, en 1875 al igual que su principal plaza, el Parque Boyacá.
Desde entonces, como dirían los viejos, “es mucha el agua que ha corrido bajo los puentes”. Tanta, que Tuluá ha sido protagonista del devenir de la región y el país, en muchos casos para bien y en otros no tanto.
Siempre ha estado en boca de la opinión pública. Es un municipio de gente pujante, trabajadora, de emprendedores.
Fue una de las primeras, sino la primera población en contar con su propia empresa de energía, la antigua Compañía de Electricidad de Tuluá, creada en 1924 y que surtía de ese recurso vital a otros municipios de la comarca como San Pedro y Riofrío.
Ni qué decir de su empresa de telefonía. La entonces Teletuluá.
Son 200 años de vida municipalista, con grandes historias de deportistas, de liderazgo regional, con comerciantes y empresarios que trazaron la ruta para que otros llegaran desde destinos no imaginados hasta esta tierra que siempre acoge al forastero, a quien quiere echar raíces y crecer.
No tendríamos espacio para hablar de las bondades de este municipio a lo largo de 200 años. Muchos estarán pensando, en las referencias negativas, pero que otros se encarguen de ese tema, porque ahora queremos resaltar los dos siglos de la Villa de Céspedes como municipio pujante que sabe sobreponerse a las vicisitudes.