El formato de los debates, fijado en 1988 por una comisión especial, es neutro políticamente. El conductor formula las preguntas y repregunta sobre temas elegidos con anticipación, y las respuestas son cronometradas.
Se espera que este encuentro alcance el récord de 84 millones de personas, conseguido en el primer duelo entre Donald Trump y Hillary Clinton en la campaña de 2016. Solo el ‘Super Bowl’ de fútbol americano tiene más audiencia, con unos 100 millones de telespectadores.
Trump, quien ha subrayado lo que a su juicio es el buen estado de la economía, pasaría a la defensiva, después de que el diario The New York Times denunciara que ha estado evitando pagar casi cualquier impuesto federal sobre la renta durante años.
“Supongo que el exvicepresidente Biden querrá hablar mucho sobre los impuestos del presidente Trump, sobre la unificación de Estados Unidos, sobre calmar las cosas, ¿no? el presidente Trump querrá hablar sobre la ley y el orden, querrá decir que está siendo perseguido”, señaló a Noticias RCN Peter Loge, analista de la Universidad George Washington.
Biden se ha centrado en el que considera como un “mal manejo” de la pandemia de coronavirus y la controvertida prisa del presidente por reemplazar a la fallecida jueza conservadora Ruth Bader Ginsburg con su nominada conservadora, Amey Coney Barret.
El demócrata parte, de momento, con las encuestas a favor, por unos diez puntos, frente al republicano, que en los últimos días se ha esforzado cuestionar el estado mental de su oponente, a quien pidió una prueba antidopaje.
Con el de la noche de este martes se cumplirán sesenta años de una tradición en la política estadounidense que comenzó en 1960, con el primer duelo televisivo que opuso entonces a Richard Nixon y John F. Kennedy, quien ganaría las elecciones de ese año.
Así está la imagen de los candidatos
Este es un esperado encuentro que según los expertos supondrá un choque de estilos y de ataques personales. A este primer cara cara, el demócrata Joe Biden llega con una ligera ventaja sobre el republicano. De fondo están los señalamientos del no pago de impuestos contra Trump y los ataques personales de los que es blanco Biden.
Al primer debate presidencial llegan los candidatos haciendo frente a acusaciones de malos manejos de crisis, no pago de impuestos y con estrategias ajenas al ámbito político.
Por un lado, el demócrata Joe Biden recibe señalamientos de parte de Donald Trump, de usar drogas para poder mantener un debate. En la otra orilla, Biden acusa al mandatario de mentirle constantemente al país.
En la víspera del primer cara a cara entre ambos candidatos, las propuestas y las promesas, parecen ser las grandes ausentes. Por un lado, el plan republicano parece focalizarse en los errores de su rival.
Trump enfrenta además la acusación del presunto no pago de impuestos por al menos 10 años y el bajo saldo que tuvo que pagar durante los años 2016 y 2017. El mandatario salió al cruce de estos señalamientos y dijo que eran falsos.
La ciudad de Cleveland es el escenario del primer cara a cara, pero esta vez tiene la pandemia de fondo. Estrictos controles de seguridad, distanciamiento social y mascarilla para los presentes en el debate son las medidas mínimas que se manejan.
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