Tres horas después, la mayoría del grupo que inspeccionaba unas vías que serán intervenidas en el sector, fue liberada, menos el uniformado Cristian Sebastián Calderón Jaimes, de 21 años de edad y de quien no se volvió a tener noticias hasta el día siguiente, sobre las 3 y 30 de la tarde, cuando fue hallado sin vida a un costado de la vía que del corregimiento de San Antonio conduce a la vereda El Cebollal. La víctima tenía las manos atadas en su espalda y presentaba varios impactos ocasionados con arma de fuego.
El subteniente asesinado era oficial administrativo y llevaba un año en la institución, a la cual ingresó como ingeniero civil adscrito al Batallón de Ingenieros Agustín Codazzi número 3.
Su misión en la zona, en la que se desplazaba de civil y desarmado, obedecía a una asesoría que estaba brindando sobre unas vías terciarias que serán intervenidas allí próximamente.
Calderón Jaimes permanecía soltero y había nacido en Valledupar (Cesar) el 17 de octubre de 1999, ciudad desde la cual sus familiares se trasladaron para reclamar el cuerpo del joven.
Visiblemente afectado, Ramón Alexis Calderón, padre del oficial, condenó el actuar de las fuerzas militares que dejaron ingresar al joven al territorio donde ocurrió el homicidio. “No sé por qué mandan a mi hijo a una zona roja donde la subversión abunda, solo, sin ninguna clase de escolta; es preocupante entregarle un muchacho a esta gente…”, expresó.
Así mismo, recordó que Cristian Sebastián era una persona humilde, servicial que tenía, como gran sueño, llegar a lo más alto de la cúpula militar.
En consejo extraordinario de seguridad realizado recientemente se analizaron los últimos hechos en materia de orden público ocurridos en la región, y allí la gobernadora del Valle del Cauca, Clara Luz Roldán, ofreció una recompensa de hasta 300 millones de pesos a quien suministre información que conduzca a la captura de alias “Oscar” y “Hugo”, cabecillas de las disidencias columna Adán Izquierdo, señalada como responsable de este asesinato.