No les importó que no se encontrara en los sitios habituales donde laboraba. Lo habrían seguido en su práctica deportiva o tal vez, tenían información que el fallecido gustaba del ciclismo para de esa manera interceptarlo o asesinarlo.
Son simples especulaciones, hipótesis sobre el infortunado hecho de sangre que acabó con la vida de un hombre de 46 años de edad, identificado como Juan Carlos Guzmán Córdoba, a quien sus amigos cariñosamente conocían como ‘Tribilín’.
Pena y dolor
Es el mínimo sentimiento que en este momento embarga y envuelve a los familiares y seres queridos de Guzmán Córdoba, quien, según informaron algunos allegados, era propietario y conductor de una volqueta.
Una vez se conoció la noticia sobre su muerte, los comentarios no se hicieron esperar. Todos coincidieron en que Juan Carlos, quien era padre de un hijo y residía en Tuluá, era una persona alegre, trabajadora y muy servicial.
Incluso de otras municipalidades como Andalucía, algunas personas señalaron que conocieron, a través de sus servicios, a la víctima de esta fatal acción.
Los hechos
Ocurrieron durante las primeras horas del pasado miércoles 20 de julio, Día de la Independencia, en jurisdicción del municipio de Riofrío.
La víctima se desplazaba en una bicicleta, pues se pudo establecer, que a él le gustaba pedalear y con alguna frecuencia hacía un recorrido por esa zona del centro del departamento, tomando inicialmente la ruta desde la Villa de Céspedes hasta la glorieta de Riofrío y de allí, seguramente, con rumbo a Mediacanoa, por la carretera Panorama, luego girando a la izquierda para llegar a Buga, tomar la doble calzada hasta culminar su actividad en casa, en Tuluá.
Pues bien, los sicarios lo sorprendieron en inmediaciones del puente sobre el río Frío y acabaron vilmente con la vida de esta persona.