En el Valle del Cauca, los guayacanes florecen aproximadamente dos veces al año, coincidiendo con las temporadas secas: entre agosto y septiembre y nuevamente en enero.
Además de embellecer el paisaje, estos árboles nativos cumplen un papel importante en el ecosistema, aportando sombra, alimento y semillas que se dispersan con el viento.
Es una época oportuna para recorrer las calles y disfrutar de este regalo de la naturaleza.
