De acuerdo con lo indicado, en las obras se invierte una suma que supera los 2.300 millones de pesos, cifra aportada en su totalidad por la entidad ambiental.
Luego de una visita de orden técnica en la que tomó parte la alcaldesa Ellicel Posso Arcila, el concejal Manuel Salamanca y funcionarios de la CVC, se determinó emprender los trabajos que ayudarán a frenar la erosión que se ha tirado al afluente, una cantidad importante de tierras de las fincas de la región.
Para lograr ese cometido se determinó acudir al uso de los hexápodos, estructuras prefabricadas en concreto que tienen seis brazos, respectivamente.
Estos brazos tienen el objetivo de reducir las fuerzas erosivas de las ondas que se aproximan a las orillas y poseen gran permeabilidad.
La alcaldesa Posso Arcila indicó que esta intervención es importante para proteger la vida de los habitantes del sector y productividad de los agricultores de la zona, quienes se veían perjudicados en temporadas de lluvias por las inundaciones que le acarrean pérdidas materiales y económicas.
Por su parte Manuel Salamanca, concejal de Andalucía y líder comunitario de El Salto, indicó que la obra que está en marcha les da tranquilidad como comunidad, pues se observa que hay calidad en los trabajos que se ejecutan por parte de la firma contratista.
“En parte es una respuesta a los reclamos que como habitantes de esta zona rural hemos hecho, pero tenemos claro que requerimos de un jarillón que nos permita dormir tranquilos”, dijo Salamanca.
Agregó que la CVC está dispuesta a ejecutar los trabajos pero para hacerlos se requiere que el municipio adquiera los predios por donde pasará el jarillón y debe empezar por contratar de nuevos los avalúos con el Igac, pues los que levantó la comunidad no tienen validez, según el concepto del jefe jurídico del municipio.