Además de la falta de atención de la Administración Municipal, las gráficas ponen de manifiesto la incultura y poco amor por la ciudad de los comerciantes y usuarios que explotan la Plaza Cívica de Boyacá y la han convertido en basurero y hasta orinal público.
La incultura es sin duda un mal de nunca acabar entre buena parte de los tulueños.