Ya muchos conocían la historia, por noticias, relatos y documentales; pero hace poco llegó a Netflix una película titulada “La sociedad de la Nieve”, sin embargo, hace tan solo unos días me decidí a verla con sumo cuidado, para no perder ningún detalle.
Las redes sociales atacaban sin parar con reseñas, comentarios e imágenes relacionadas; necesitaba verla. Sin negar, claro está, que fue intensamente doloroso ser testigo del dolor y la adversidad de aquel empático grupo compuesto de personas tan diversas, tan familiares.
Retrata una tragedia -también llamado milagro a ojos de quien así lo denomine, corresponde al avión uruguayo que se estrelló en los Andes en la década de los setenta, si bien varios libros (Uno de ellos ¡Viven! De Piers Paul Read – 1974) y una película del mismo nombre estrenada en 1993 ya lo describía con suficiente precisión para hacernos sentir el mortal y gélido abrazo de las montañas, este nuevo largo-metraje nos deja el corazón hecho trizas con un deje de motivación rondando en nuestra mente.
Cada uno de los supervivientes se encuentra en una lucha constante por sobrevivir, con temor de Dios por el hecho de que aquello que hagan para vivir no sea pecado y con el dolor irremediable de las pérdidas recientes. La desesperanza, el desconsuelo, el flaqueo de la fe… es motivo suficiente aquella circunstancia, aquella cárcel de hielo para preguntarse como lo hacen allí: ¿Quién se es en la montaña? Una cuestión que enciende el espíritu humano y sus ganas de seguir andando al ritmo del latido del corazón.
El retrato audiovisual que respeta la realidad pues habría sido tan fácil dejar que la muerte, la sangre y la destrucción de la humanidad propia se apoderaran de la pantalla, nos invita a reflexionar sobre lo que hacemos para ponernos de pie en medio de la tormenta, La Sociedad de la Nieve es el vivo ejemplo de que es posible adaptarse y luchar, hacer de la frustración un motor que nos permita seguir respirando, a pesar de la desventura.
Todos en algún momento nos hemos encontrado con una enorme cordillera, atrapados en un clima paralizante que nos azota indefensos bajo capas de nieve, así que a partir de ahora ¿Quiénes seremos nosotros en nuestra montaña?