En este plantel, uno de los más tradicionales en el occidente de Tuluá, la problemática se agravó pues las obras que ya alcanzaban un avance superior al 50% debieron ser demolidas en su totalidad, pues presentaban serios problemas de diseño.
“A la llegada a la alcaldía en 2020, encontramos estos megacolegios abandonados, con fallas graves en los diseños y sin presupuesto, por lo que emprendimos las gestiones ante el ministerio, logrando su reactivación de las obras”, dijo el alcalde John Jairo Gómez.
Añadió que además de los recursos nacionales, se asignaron del presupuesto municipal 900 millones para recuperar la sede antigua.