Maricela Arango de Durán, coordinadora del plantel dijo, que hace cinco años, cuando se anunciaron las obras y se demolió la antigua edificación para darle paso a una moderna institución con 13 aulas, los bugalagrandeños recibieron con alegría la noticia, pero con el pasar de los años todo se tornó oscuro.
“Pasamos de la alegría a la tristeza al ver como después de un inicio promisorio, las obras se estancaron y una prueba del desorden imperante es que en cinco años hemos tenido tres firmas contratistas y apenas ahora volvemos a sentir que se destraba el proceso”, dijo la licenciada Arango en diálogo con EL TABLOIDE.
DATO: Los padres de familia, estudiantes y docentes esperan que ahora sí se hagan realidad las obras.
Ante esta situación y en una reunión con los delegados de la alcaldía, del Fondo de Infraestructura Educativa, dependencia adscrita al Ministerio de Educación Nacional, los padres de familia y docentes de la escuela Magdalena Ortega, los miembros de la comunidad educativa asumieron el control de la construcción para hacerle veeduría a las obras que según la firma contratista se reiniciarían la próxima semana.
La inversión para este Colegio 10, como se llamó en su momento al proyecto, estaba tasada en $1.750 millones, pero con todas las dificultades surgidas esa cifra se triplicó.
Bugalagrande fue uno de los municipios seleccionados para contar con un nuevo colegio como parte de la estrategia para el mejoramiento de la infraestructura educativa del departamento.
El origen del proyecto
El paquete inicial contemplaba la construcción de 11 instituciones que fueron seleccionadas en el departamento correspondientes a 10 municipios, entre los que figuran: Guacarí, Candelaria, Bugala-grande, Ginebra, Pradera, Versalles, Dagua, Restrepo, y que tenía como uno de los fines específicos fortalecer la implementación de la jornada única en el Valle del Cauca.
Es un tema nacional
De ese paquete de obras hay varias inconclusas, siendo la Magdalena Ortega, una de las más retrasadas en el Valle del Cauca.
Un documento de la Contra-loría señala que más de 1.500 salones de clases quedaron a medio construir o fueron abandonados. El abandono de obras ocurrió en 2 de cada 10 colegios y fueron varios los que se quedaron sin bibliotecas ni laboratorios. Los ‘megacolegios’ se pensaron para ofrecer un ambiente completo de aprendizaje.
A pesar de eso casi la mitad se hizo sin las bibliotecas, laboratorios y espacios escolares que contemplaban los documentos adicionales y los contratos.
Así mismo se investiga por qué los gastos administrativos se dispararon en la Unidad de Gestión del FFIE, la entidad que se encargaría de vigilar la ejecución del programa de construcción de los 30 mil salones de clase en el territorio nacional.
El origen del proyecto
El paquete inicial contemplaba la construcción de 11 instituciones que fueron seleccionadas en el departamento correspondientes a 10 municipios, entre los que figuran: Guacarí, Candelaria, Bugalagrande, Ginebra, Pradera, Versalles, Dagua, Restrepo, y que tenía como uno de los fines específicos fortalecer la implementación de la jornada única en el Valle del Cauca.
Es un tema nacional
De ese paquete de obras hay varias inconclusas, siendo la Magdalena Ortega, una de las más retrasadas en el Valle del Cauca.
Un documento de la Contra-loría señala que más de 1.500 salones de clases quedaron a medio construir o fueron abandonados. El abandono de obras ocurrió en 2 de cada 10 colegios y fueron varios los que se quedaron sin bibliotecas ni laboratorios. Los ‘megacolegios’ se pensaron para ofrecer un ambiente completo de aprendizaje.
A pesar de eso casi la mitad se hizo sin las bibliotecas, laboratorios y espacios escolares que contemplaban los documentos adicionales y los contratos.
Así mismo se investiga por qué los gastos administrativos se dispararon en la Unidad de Gestión del FFIE, la entidad que se encargaría de vigilar la ejecución del programa de construcción de los 30 mil salones de clase en el territorio nacional.
