Hace unos años atrás, hablar del Centro Latinoamericano de Especies Menores, CLEM Tuluá, era referirse a unas de las instituciones de formación del Sena más importantes del país y por cuyas instalaciones modernas y de avanzada desfilaban estudiantes provenientes de todas partes de Colombia e incluso del sur, Centroamérica y Europa. Era una especie de universidad dedicada a los temas agropecuarios en la región y era habitual ver que llegaban estudiantes de primaria y secundaria que recorrían las granjas donde los conejos, gallinas, ovejas, cabras y ganado vacuno tenían su espacio.
Tristemente ese gran centro de formación multicultural se le está yendo entre las manos a los tulueños como tantas otras instituciones y a nadie parece importarle, quizá porque lo ven como una institución del Sena y es a esa entidad del orden a la que corresponde salvarlo, pero la realidad es otra y se requiere de una reacción en bloque de todos los estamentos para recuperarlo.
El origen del mal
Paradójicamente la construcción o ampliación de las instalaciones educativas y que se planteó como la gran solución en enero de 2021, cuando se puso la primera piedra, se ha convertido en la mayor amenaza, pues la megaobra anunciada por el entonces director nacional, Carlos Mario Estrada Molina, y con una inversión inicial de 43 mil millones de pesos se quedó estancada en el 44% y de esa suma a cuentas del contratista ya gastaron 19 mil millones y el excedente, se cree, está en una fiducia del Estado.
“No se trata solo de una obra de ladrillo, sino de las vidas que vamos a cambiar con la transformación de este centro agropecuario, que será uno de los más modernos de Colombia. Bienvenidos a la Cuarta Revolución Industrial, a la cual ingresaremos con este proyecto que beneficiará cada año a 60.000 aprendices de formación titulada y complementaria”, indicó Estrada Molina en ese momento, y que por ahora como la famosa balada son solo palabras.
¿Qué se debe hacer?
Iván Noguera Jiménez, quien desde diciembre de 2024 asumió la subdirección del Clem-Tuluá, considera que la única salida a este mal es la reacción de todos los sectores a los que le duela la entidad.
“Hace rato las alarmas están encendidas, órganos como la contraloría a través del programa de moralidad pública tiene hallazgos frente al tema más que evidentes y lo que no podemos permitir es que esto se vaya a un pleito legal que dentro de los plazos de la ley nuestra puede tardarse años en resolver y eso puede llevar a que el CLEM, como tal, desaparezca pues su razón de ser se extingue cada día más”, dijo Noguera Jiménez en su visita a la redacción de EL TABLOIDE.
A juicio del directivo, el hecho de que el Sena esté hoy por fuera de su sede natural, ofreciendo sus programas de formación con un pénsum que ya no tiene el factor pecuario como el gran diferencial, puede llevar a que la dirección nacional los fusione con otra entidad y eso sería catastrófico para la región central del Valle. En ese orden de ideas, precisa el funcionario que la lucha debe darse para que se subsane la parte contractual y se reactive el proyecto de remodelación que contempla la construcción de 35 edificaciones dentro del complejo ubicado en la doble calzada.
“No se puede correr el riesgo de que la obra se congele en el tiempo, pues va ser más complicado y podría llevar a que Tuluá y la región pierdan una sede de estudios que fue modelo a nivel nacional” dijo Noguera, tras indicar que se necesita de una reacción efectiva de los alcaldes, concejales, diputados, congresistas para que la denuncia sea efectiva.