Pero esa edificación que sirvió para darle estabilidad a la colección de libros, pues desde 1910 en que se pensó en un sitio de consulta para los tulueños fue una nómada que pasó de un lugar a otro, hoy para muchos ha perdido su funcionalidad y hay voces que proponen una nueva sede que se adapte a la modernidad y a las nuevas necesidades de la comunidad.
Uno de los que emitió su opinión frente al tema fue el abogado e historiador Ómar Franco, quien resalta que es importante que el gobierno municipal piense en la idea de una nueva biblioteca que esté a tono con los cambios que hoy se dan en el mundo.
Para John Freddy López Cardona, director de Arte y Cultura, dependencia que tiene bajo su manejo la biblioteca, no es descabellado pensar en una nueva sede, pero advierte que una cosa no puede llevar a que se termine con un bien patrimonial como la actual edificación.
“Sin duda es una discusión amplia que se debe dar en frente a la ciudad del futuro y los nuevos espacios de cultura pero sin trasgredir la historia” precisa.
Norman Muñoz Cardona, quien en las dos últimas décadas ha estado en la entidad, dice que no es necesario pensar en una nueva sede pues se afectaría el bien patrimonial que hoy tiene la ciudad.
“Yo soy partidario en hacerle a la actual una intervención real en cada uno de los espacios, pues se debe actualizar en temas como la sismoresis-tencia y para ampliarla se puede desmontar ese espacio que surgió en la remodelación de 2008.
Pero Muñoz Cardona va más allá y propone construir en el último piso “un observatorio con un restaurante, y sería un espacio genial”.
También es partidario de una nueva biblioteca en la parte occidental que agrupe el trabajo de los centros culturales.