Los pastores de las distintas congregaciones existentes en Tuluá son los encargados de liderar las actividades que cuentan con la asistencia de personas que llegan desde los diferentes sectores de la Villa de Céspedes. Predicación de la palabra, canto y alabanzas hacen parte de cada una de las jornadas que nació como una propuesta en los días en que se desarrollaba el paro nacional y que con el pasar de las semanas se empieza a volver permanente. «Es una manera de agradecerle a Dios por cada bendición que derrama sobre esta ciudad y el país, pero además es una invitación al pueblo de Dios para que vuelvan sus ojos a él y lo reconozcan como único Señor y Salvador», indicó uno de los pastores que toma parte de la actividad matinal.