De acuerdo con la información entregada por Katherin Natalia Varón Castro, personera del plantel, la situación se hace caótica, pues los padres que llegan en sus vehículos, los estudiantes que lo hacen a pie, forman un gran taco en las horas de la mañana y al medio día, exponiéndose a ser arrollados por los vehículos que transitan a gran velocidad.
«La urgencia la sentimos en la vía a Riofrío por donde transitan camiones de gran tamaño que ponen en riesgo nuestra integridad», comentó la joven dirigente estudiantil. A los voceros de la Institución les llama la atención el hecho de que a la hora de solicitar la instalación de los reductores y la demarcación de la zona escolar, se diga que esa es una vía departamental, pero tampoco actuán en la calle 25 que es una vía del orden local.
«Lo que nos mueve hacer las denuncias es evitar una tragedía, pues como lo muestran las gráficas el riesgo es total para los que hacemos parte de esta comunidad educativa», precisó Varón Castro. Recalcó que tanto la calle 25 como la 27 manejan todo el tiempo un alto flujo vehícular y casi nunca se cuenta con el acompañamiento de la autoridad de tránsito local y mucho menos la departamental.