Son varios sectores de la Villa de Céspedes que hoy afrontan graves problemas de contaminación ambiental por la mala disposición de los desechos
Edilberto Alarcón, director de Planeación Municipal, dijo en diálogo con EL TABLOIDE que tristemente esa es una práctica que raya con la incultura de la gente.
«Es muy complicado el tema pero lo que hemos detectado es que se trata de un problema con génesis en el desconocimiento de las normas por parte de los ciudadanos y la incultura que se apodera de todos los sectores», dijo Alarcón.
Explicó que los ciudadanos que adelanten trabajos de construcción o remodelación deben tener clara la hoja de ruta a seguir con los escombros y esa es solamente llevarlos a la escombrera legalmente establecida.
DATO: La escombrera oficial de Tuluá está ubicada en el callejón Corinto del corregimiento de Aguaclara.
«Esa escombrera está ubicada en el corregimiento de Aguaclara, tiene todas las condiciones, cero costo y fácil acceso», precisó Alarcón.
Destacó que cuando el propietario y/o responsable de una obra que inicia debe de incluir en el presupuesto la disposición final de los desechos de construcción y estos deben ser trasladados en vehículos que cumplan con los requisitos.
Las sanciones
De acuerdo con lo dispuesto por el CNP, los ciudadanos que incurran en la práctica de arrojar desechos de construcción están expuestos a recibir multas por el orden de los 786.898 pesos, dinero que deberá depositar en las arcas del municipio, una vez sea atendido dentro del debido proceso.
«Por este motivo, es importante que las personas y empresas de construcción conozcan la manera correcta de recolección de los materiales para no exponerse a las sanciones. Hemos desarrollado diferentes actividades no solo para generar conciencia de esta problemática, sino para recoger los residuos que actualmente ocupan las calles y andenes de la ciudad», puntualizó.