Para el exsecretario de Seguridad y Convivencia de Cali, hay vacíos como los dejados por la Constitución de 1991 que terminó siendo muy municipalista y dejó maniatados a los departamentos que al tenor de la ley solo hacen acompañamiento, pero la gran carga de la inseguridad la llevan sobre sus hombros los alcaldes.
DATO: “Hoy se secuestra menos, pero se extorsiona más en lo que se considera una automatización del delito” dice Yusti.
“Por eso celebro que hoy y en esta campaña política se esté volviendo a hablar de un concepto que me parece interesante y es lograr que Colombia sea un país de regiones para de esa manera poder articular políticas públicas que resulten eficaces”, dijo Yusty.
Para el asesor y experto en seguridad, lo que está pasando en el Valle del Cauca y que es lo mismo que acontece en el territorio patrio, es la herencia que deja la pandemia del covid 19, lapso donde la delincuencia organizada salió a vacaciones, pero regresó mutada en otras modalidades delictivas, con bandas que han hecho del delito su razón de ser, instrumentalizando a los niños y adolescentes y creando nuevas variables y alternativas de ataque a la ciudadanía.
Hay fallas en el modelo
De acuerdo con los planteamientos de Yusty, hay una gran debilidad en el apa-rataje judicial de Colombia y es que la política criminal está hecha para un país del primer mundo y eso es lo que permite, como se ha denunciado, que los delincuentes actúen a sus anchas desde las cárceles y así es muy difícil porque la policía captura y los malandros no se sienten atemorizados.
En ese orden de ideas, Yusti considera que el Valle del Cauca debe retomar los corredores seguros, con inteligencia, batallones y policías, pues está claro que los delincuentes requieren espacio para movilizarse.
Visión de los carteles
En su diálogo con EL TABLOIDE y al referirse a la cartelización del delito, precisó que hace 10 o 15 años el secuestro era la variable que predominaba en el conflicto armado, pero ahora se secuestra menos y se extorsiona más, en lo que denota se automatizó y es un componente del crimen organizado que por demás es una economía aparte, con sus propios códigos y por esa razón decirle a la gente, “venga yo lo educo para ser bueno” es una política que nunca nos ha funcionado.
“Estamos trabajando en una propuesta integral que involucre a todos los estamentos, de manera especial de la rama judicial donde radica gran parte de la problemática”, dijo el funcionario, tras indicar que la ciudadanía juega un papel esencial si le da certeza a la denuncia como arma eficaz contra el delito.