Lo que llama la atención es que a pesar de la emergencia, los agentes de la Secretaría de Movilidad y Seguridad Vial del Municipio brillaron por su ausencia, a tal punto que debió un Gestor de Convivencia prestar el servicio de regulación del tráfico y hasta que el equipo periodístico de EL TABLOIDE estuvo en el sitio, los agentes de tránsito no habían comparecido.
Sin duda la mobilidad en Tuluá es uno de los lunares de la presente administración pues aumenta el excesivo parqueo en la calles y carreras, los semáforos siguen a medio funcionar y la señalización es mínima. Es tiempo de revisar lo que está pasando y tomar acciones correctivas.