Justamente el 31 de diciembre, cuando todos se aprestaban y apuraban con los preparativos para terminar el año, este grupo de personas trabajaban para que más de un centenar de personas recibieran un almuerzo caliente en un día que por el corre corre de la gente pasan desapercibidos.
“La verdad yo no los conté, esa olla doble fondo toda se fue y secamos doce libras libras de arroz y también se acabó”, dijo el abogado Candamil al hacer el balance de la jornada solidaria. Destacó que la gente de Tuluá sigue teniendo un buen corazón y se unen a estas jornadas y mucho más en épocas como la Navidad y fin de año.