El padre Jorge Bustamante, director del Departamento de Doctrina de la Conferencia Episcopal Colombiana, explicó que en medio de las conversaciones le solicitó a la directora de asuntos religiosos del Ministerio del Interior tener presente las experiencias de Neira y Espinal, donde los párrocos abrieron sus iglesias con el aval de los alcaldes locales.
“Se presentó un protocolo marco para aplicarse en todas las parroquias del país, informó el padre Bustamante.
“Los protocolos incluyen distanciamiento de dos metros entre cada persona en el lugar donde estén ubicados, desinfección del templo antes y después de la celebración litúrgica, uso de alcohol en las manos al comienzo y al terminar la misa, protección personal como el tapabocas y otras normas de acuerdo a la especificidad de la iglesia católica.
“Por ejemplo, se suprime el rito de paz con la mano por un gesto que no tenga que implicar el contacto físico o la cercanía de las personas”, explicó el sacerdote.
En la región
Justamente el obispo de la Diocésis de Buga, monseñor José Roberto Ospina Leóngomez había solicitado a los alcaldes de su jurisdicción que permitieran la reapertura de los templos para que los fieles encontraran en la eucaristía la paz y la tranquilidad en medio de la pandemia.
“Si el gobierno autorizó la apertura de las actividades económicas y de comercio e incluso de los centros comerciales, porqué no abrir los templos donde se puede mantener la distancia social y ceñirnos a las disposciones que fije el Ministerio de Salud”, dijo el jerarca.
Destacó que las parroquias que dependen de la Diocésis están listas para abrir las puertas y confió de la respuesta positiva que den los fieles el conservar las medidas de seguridad que están incluidas en los protocolos.