Durante la sesión de la que tomaron parte varios gerentes y líderes de los sindicatos de los centros hospitalarios del Valle del Cauca se ratificó que es el no pago por parte de las EPS lo que genera el hueco fiscal que, según cuentas, a corte del 30 de marzo están cercanas al billón de pesos.
Quienes intervinieron en el debate solicitaron al Gobierno Nacional un plan de choque pues de seguir la situación, tal como va, serían inviables y algunos de ellos quedarían ad portas del cierre en sesenta días o menos.
“En el Valle del Cauca en el pasado cuatrienio se hizo un esfuerzo para superar la situación y a la fuerza se logró que las EPS le cancelaran a los hospitales parte de las deudas y tuvimos un inicio de año fresco, pero hoy duele escuchar a los gerentes de los hospitales decir que si no hay una intervención efectiva tendrían que dejar de operar pues solo de este año la cartera ya está por los 400 mil millones de pesos”, indicó una de las participantes en la audiencia.
Por su parte la parlamentaria vallecaucana, Norma Hurtado, indicó que es necesario precisar las cifras que para el sector salud se han hecho en el marco de las medidas adoptadas para enfrentar la pandemia del Covid 19.
“Escuchamos al Superintendente Nacional de Salud hablar de los millones que se han desembolsado, pero extrañamente no se ve el impacto positivo en las regiones y de eso dan fe los gerentes y directores de los hospitales en el Valle del Cauca que caminan hacia una crisis sin precedentes y que sería mucho más difícil en la pos pandemia”, precisó la representante a la cámara.
Urge un cambio de modelo
Por su parte Arlex Idrobo Hurtado, director ejecutivo de la Asociación de Hospitales del Valle del Cauca, advirtió que el panorama es poco alentador, pues si bien es cierto el Gobierno Nacional anunció una serie de medidas y paquetes económicos, esos recursos están yendo a parar a las arcas de las EPS y estas no transfieren los recursos que corresponden a los hospitales.
“Hemos insistido muchas veces en un llamado al gobierno y en especial a los congresistas para transformar el modelo de transferencia de recursos de forma tal que lleguen a los departamentos y estos a su vez le paguen a las casas de salud”, dijo Idrobo Hurtado.
En el mismo sentido se pronunció Rodolfo Borja Nieto, vocero del Sindicato de la Salud y Seguridad Social, Sinder, quien solicitó la presencia de los funcionarios de la Superintendencia Nacional de Salud y del Ministerio del ramo para que verifiquen la situación que se presenta en el Valle del Cauca.
“A diario el presidente Iván Duque sale en televisión anunciando millones para el sector salud y esa plata no se ve y solo basta con mirar al hospital Tomás Uribe Uribe de Tuluá al que las EPS le adeudan 70 mil millones de pesos”, dijo Borja Nieto.
Precisó que si no hay desembolsos el hospital de Tuluá, así como los de Zarzal, La Victoria, San Pedro, Guacarí por solo mencionar algunos se quedarían sin cómo operar.
Recalcó el dirigente que en el caso del Tomás Uribe Uribe ya ajustan dos meses sin salario, los insumos empiezan a faltar lo que aumenta la preocupación, pues según los anuncios todavía no se llega al pico del coronavirus.
Un recorrido hecho por la región permitió determinar que la situación de Tuluá es similar en la mayoría de hospitales donde se trabaja con las uñas y los salarios tienen retrasos hasta de 180 días.
“No queremos generar pánico, pero si el Gobierno Nacional no genera mecanismos que hagan efectivas las transferencias para las casas de salud, el tema podría desencadenar en una emergencia de grandes proporciones”, apuntó Arlex Idrobo Hurtado.