Lamentablemente, esos accesorios viales han entrado en franco deterioro y en la mayoría de los casos, han perdido su función. Es conveniente que la Secretaría de Tránsito adelante las tareas de renovación o en su defecto retiren las piezas que hoy se han convertido en trampas para los conductores. También es conveniente que a futuro se revisen este tipo de inversiones que terminan convirtiéndose en gastos innecesarios que van en detrimento del patrimonio público.