Aunque ambas situaciones resultaron ser falsas alarmas, el pánico entre la población fue evidente.
En Caicedonia, cuatro personas descendieron de un vehículo y dejaron una maleta frente a la panadería El Buñuelo, en pleno centro del municipio. El objeto sospechoso generó la evacuación de comercios y la presencia inmediata de las autoridades, que acordonaron el lugar mientras se esperaba la llegada del grupo antiexplosivos desde Tuluá.
Sin embargo, minutos después, el caso dio un giro inesperado: una mujer se acercó y se llevó la maleta, que aparentemente le pertenecía, desatando alivio pero también desconcierto entre quienes presenciaron la escena. La situación fue finalmente controlada, aunque la comunidad quedó conmocionada por lo vivido.
De forma paralela, en Palmira, un maletín abandonado en un parque también activó los protocolos de seguridad. El grupo ‘Marte’ de antiexplosivos de la Policía Nacional ejecutó una detonación controlada para descartar cualquier amenaza. Posteriormente, la Policía confirmó que se trató de una falsa alarma: «Se verificó la maleta y se descartó todo tipo de explosivos. La detonación que se escuchó fue parte del procedimiento técnico», informaron.
Ambiente de tensión
Ambos casos, ocurridos con pocas horas de diferencia, generaron pánico colectivo y mantienen en alerta a las comunidades del centro y norte del Valle del Cauca. Las autoridades han reiterado el llamado a la calma, pero también piden a la ciudadanía estar atenta ante cualquier objeto sospechoso y reportarlo de inmediato.
La creciente sensibilidad por este tipo de situaciones refleja el clima de tensión que se vive en algunas regiones del país, donde las amenazas, reales o no, alteran por completo la tranquilidad de la población.