En el marco del cierre de procesos académicos en Colegios y Universidades, vale la pena destacar lo que en este momento es super importante. Y sí, yo también respondí “las calificaciones” cuando alguien me hizo la pregunta.
Resulta que… en medio de todo, los estudiantes -especialmente los universitarios y los próximos a graduarse del once-, somos seres inmersos en un constante estrés, somos una piscina de cortisol -la hormona del estrés-. Así que llega un punto donde es más que estar afanado por la entrega de un trabajo o la realización de un examen, y es cuando el cuerpo nos dice: Oye, tu salud mental manda a decir que si la recuerdas, y ese pequeño recordatorio lo da a través de pulsaciones nerviosas, mi-grañas, dolor y enfermedad.
Así que, ¿no creen que es hora de parar? Hacer el pare y relajar la respiración, contar hasta tres o hasta cien, beber agua, dormir temprano y usar esa ventana que deja escapar lo que minuciosamente dejamos salir, para mirar hacia adentro, para alcanzar a divisar el océano de ansiedad antes de ahogarnos al hundirnos por completo. Reconozcamos cuándo es momento de cuidar nuestra salud mental, el estrés se ha vuelto un estado tan natural que nos declaramos estre-sados como generación universalmente.
Y debemos recordar que hablar está bien y que podemos priorizar la oscuridad que nos envuelve peligroaamente sin aviso, si ya no nos deja ver hacia donde vamos ni como estamos realmente. Las ventanas también dejan ver hacia adentro, solo debemos atrevernos a asomar la cabeza en medio de una bocanada de aire.