En días pasados subieron en la red social Facebook, una entrevista con el escritor y periodista Juan Gossaín y en una de las preguntas que le hicieron le interrogaron acerca del mejor libro que había leído, al responder dudó un poco y afírmó: “he leído muchos libros extraordinarios que me han llenado de alegría, sin embargo hay uno que es imprescindible en cada mesa de noche y en cada hogar, se trata nada más y nada menos que la Sagrada escritura”.
Su respuesta me llenó de alegría y de esperanza de saber que un intelectual como él tiene la palabra de Dios como un texto necesario para todas las familias y para cada uno de nosotros.
Y es que en la palabra de Dios podemos encontrar elementos necesarios para la educación de los hijos, para vivir en familia, para vivir en sociedad, para vivir los auténticos valores que como seres humanos debemos vivir. En ella, como nos dice San Pablo en una de sus cartas, encontramos los elementos para crecer en la virtud.
Que bueno fuera entonces, que en este año que estamos iniciando, tomáramos la sana costumbre de leer la palabra de Dios. Empecemos por los evangelios, las cartas de San Pablo, las cartas católicas y los escritos de San Juan. Un capítulo diario, leído en Familia, tratando de descubrir lo que nos dice el Señor a través de su palabra, sacando aparte alguna frase que nos haya parecido importante y tratar de memorizarla.
Así con el tiempo tendremos en nuestra memoria una gran cantidad de expresiones traídas directamente de la palabra de Dios, que seguramente nos ayudarán a crecer en el amor a Dios y a los hombres, en ser constructores de valores, donde viviendo los criterios de la palabra de Dios tendremos familias totalmente nuevas y en la construcción de un nuevo mundo y de un nueva Colombia. Solo así podemos tener un país donde la paz que tanto anhelamos llegará en su totalidad.