No se puede borrar de un brochazo más de 60 años de historia de una institución en donde se han forjado miles de compatriotas que se han dispuesto a dar la vida en defensa de todos los colombianos y ha dado frutos inmemoriales a cientos de familias que ven crecer a sus hijos e hijas al servicio de la Patria, haciendo sacrificios inmensos y al mismo tiempo siendo testigos del valor de la sangre ofrecida por el país.
Años y años de duro trabajo educativo, forjador de jóvenes con valores imperecederos, para ser fuertes y valerosos, pero también leales, honestos y firmes en la defensa de sus principios puestos siempre al servicio de la gran Patria, para nunca dejar caer el ánimo y entusiasmo por ser mejores en medio de una sociedad que los necesita.
Esta es la Escuela de Policía Simón Bolívar de Tuluá, forjadores de líderes para la defensa de la vida, honra y bienes de la sociedad, tal como está escrito en la Carta Magna que nos rige.
Pero siempre existen días aciagos para los que miran permanentemente hacia los máximos valores humanos y fue hace poco, menos de dos semanas, cuando una interpretación que nos parece ligera y hábilmente acogida por mentes insanas, quisieron dar al traste sobre todo lo construido con tesón, responsabilidad y fortaleza. Los alumnos de la Escuela Simón Bolívar celebraron la Semana de la Internacionalización, dando a conocer las costumbres, culturas, economía, división politica y la historia del país invitado, Alemania. Fue así como a uno de los grupos encargados de efectuar la investigación se le ocurrió recordar gráficamente y en vivo, una etapa cruel y despiadada del manejo de la autoridad en poder de un dirigente megalómano y racista, fascista y guerrerista, en una semana académica que precisamente buscaba conocer esos tiempos que jamás se olvidan en la vida de los pueblos.
Este es el fin pretendido con la representación de la Policía Nazi del dictador Hitler, para que no se pueda repetir jamás, menos en este país, en donde la democracia ha sido el curso de la historia política nacional y ha sido no solo ajena, sino enemiga acérrima a cualquier tipo de dictadura. Desafortunadamente una mala y efectista lectura de los hechos, obligaron a tomar medidas, sin el análisis despacioso y juicioso de la razón, en nuestro concepto y creemos que hasta en el extranjero cayeron en una trampa por un mensaje enviado sin buscar con objetividad la realidad de los hechos.
Es imposible, desde todo punto de vista, creer que en la Escuela de Policía Simón Bolívar se estén formando jóvenes para que el fascismo establezca sus criterios en el país en el sentido de que en un futuro no muy lejano podríamos caer en una dictadura a través de un sistema fallido de democracia, no lo podemos aceptar, pues la historia ha demostrado que Colombia no es un terreno abonado para las dictaduras. Así que lo más recomendable es esperar un juicioso análisis de los hechos, que ofrezcan claridad a la luz de la razón y la justicia, para que se conozca la verdad y nada más que la verdad.