Después de una larga espera y con mucha paciencia de parte de la población y municipios favorecidos, el gobierno anunció la puesta en marcha de las obras relacionadas con la construcción y ampliación de la vía Buga-Buenaventura, en donde se invertirán aproximadamente 4 billones de pesos y generará igualmente 66.570 empleos directos, indirectos e inducidos.
La obra, que hace parte de las llamadas Concesiones del Bicentenario tiene una longitud de 128 kilómetros y pretende concluir el corredor Buga- Buenaventura, de gran importancia para la unión entre el puerto sobre el Pacífico y el interior y norte del país.
Consistirá en la construcción de 35 kilómetros de vía nueva y de una ciclo-ruta entre Mediacanoa y Guadalajara de Buga como también del mejoramiento de 33,7 kilómetros, la rehabilitación de 15 kilómetros de la vía Simón Bolívar, paso nacional por Buenaventura y la actualización de 155 kilómetros de la ruta existente, entre otras acciones viales, mediante las cuales se trata de finalizar una de las obras más fundamentales e importantes del occidente colombiano, que tardó 20 años en espera de este punto culminante.
Para los usuarios de Buga, Yotoco, Retrepo, Calima-Darién, Dagua y Buenaventura, se convierte en la gran noticia del año, por ser los municipios favorecidos en forma directa, mientras que los transportadores piden a gritos que, ojalá, no se presenten los grandes traumatismos propios de una construcción de esta envergadura, que compromete la movilización vial de miles y miles de conductores que a diario se trasladan del centro y norte del Valle hacia los cuatro puntos cardinales del territorio nacional.
Existe un consenso generalizado, en la falta absoluta de previsión de los problemas que acarrean estas obras de ingeniería de alta calidad y precisión, y se recuerda que hace poco menos de tres años que se construyó un puente entre el sitio conocido como La Palomera y Puerto Bertín, y los contratiempos impresionantes que ocasionó a los viajeros fueron de tamaño gigantesco y con gravísimos indicios de causar accidentes de un momento a otro.
Esperamos que en esta oportunidad, se corrijan errores, se ejecuten todas las previsiones posibles para evitarlos, como por ejemplo, la adecuación y habilitación de la ruta Tuluá-Riofrío y el sitio conocido como “Picapiedra” en el corregimiento de Mediacanoa, con lo cual no se presentarán trancones que suponen largas esperas y traumatismos de diversa índole.
Es de suma importancia la buena ejecución del tramo entre Buga y Mediacanoa, especialmente de la ciclo ruta que, en otro tiempo, se había convertido en uno de los más peligrosos del occidente colombiano y ahora dará un nuevo panorama de especial interés vallecaucano y al mismo tiempo de carácter nacional que ojalá, no se quede sin terminar, como ocurrió con la ciclo-ruta que debería ser construída entre Buga y Brisas del Valle, cuando parece ser que los recursos no alcanzaron.
Menos mal, que hay consenso entre los gestores gubernamentales de la obra, en la urgente necesidad de generar confianza y transparencia en el uso de los recursos públicos, porque en esta ocasión, habrá dinero a boca llena y ojalá no se conviertan en malversación de los mismos.