Mucho se habla de la violencia de género y poco de la violencia entre los compañeros de estudio y en los demás espacios de la sociedad.
La violencia entre compañeros en los planteles educativos, también conocida como acoso escolar o bullying, es un tipo de maltrato que se caracteriza por ser constante, intencional y causar inestabilidad de poder entre el agresor y la víctima, la cual se puede manifestar de diversas formas como golpes, estrujones, patadas, insultos, burlas, amenazas, excluir, ignorar, aislar o difamar, acosar o maltratar a través de redes sociales, mensajes de texto, manipulación, tocamientos inapropiados, acoso sexual, agresión basada en el origen étnico, religión, raza, etc.
Las formas más comunes de violencia entre estudiantes son de carácter verbal y psicológico, a nivel nacional: “4 de cada 10 estudiantes han recibido insultos y/o apodos. 3 de cada 10 estudiantes han sido víctimas de rumores o revelación de secretos”.
Los conflictos pueden tener diversas raíces, como diferencias ideológicas, políticas, sociales, económicas o territoriales. Lamentablemente somos una sociedad muy conflictiva, en las que estas violencias pueden generar consecuencias graves, como lesiones físicas, problemas psicológicos o incluso la muerte, y para tener una vida libre de violencia aún hay mucho camino por recorrer y muchas heridas por sanar.
Para resolver un conflicto, es importante expresar adecuadamente estas emociones, escuchar las de los demás y buscar alternativas válidas.
Que en estas festividades decembrinas, en las que los estudiantes están en vacaciones y la comunidad en celebraciones navideñas, tengamos la oportunidad de reflexionar sobre esas actitudes que tenemos frente a los otros en los ámbitos académicos y en los demás, para pensarnos ser un poco mejores.