El fútbol es una de las pasiones de miles de personas en casi todo el mundo. No en vano, cada semana, entusiastas aficionados van a los estadios a vitorear a sus equipos favoritos; además, siguen por la televisión los partidos que desde el viejo continente se televisan a nivel orbital. Por supuesto, estos espectáculos constituyen un motivo para reunirse con familiares y amigos y para desviar por unas horas el curso de la cotidianidad.
La oportunidad de mirar los juegos del torneo local y aquellos que se desarrollan en otras latitudes, aporta nutrientes para centrarse en la esencia del fútbol y para contrastarlo con aquel que se practica allende las fronteras del país. Así, por ejemplo, con el respeto del caso, se puede decir que nuestro fútbol se ve lento y falto de contundencia a la hora de concretar las oportunidades de gol.
Además, en nuestro torneo, se obstruye con frecuencia el desarrollo de un partido cuando se comete una falta, dado que algunos jugadores demoran más de lo presupuestado para incorporarse al juego; desde luego, se exceptúan de esta aserción las lesiones graves que puedan resultar de una falta. Sobra decir que la pérdida deliberada de tiempo, afecta la continuidad y calidad del espectáculo.
En atención a lo anterior, se puede decir que se debe intensificar el trabajo al interior de los clubes. Este debe tener diferentes aristas, como la táctica, la física, la cognitiva, entre otras. El componente cognitivo ha de contemplar disciplinas como la psicología y la neurolingüística, esta última entendida según algunos expertos, como un método que nos permite desarrollar y potenciar las capacidades de nuestra mente.
En cuanto a la psicología, han de recibir especial consideración conceptos como autoestima, autocon-cepto, motivación, metacognición, estilos y estrategias de aprendizaje, etc.
De esto se desprende que el deporte no se puede concebir solo como una un quehacer, sino como una disciplina con sustento científico. Desde luego, como lo manifesté antes, con estas consideraciones no pretendo desconocer el trabajo que se pueda adelantar en los clubes, pero vale la pena intensificarlo para que se vea reflejado en la cancha.
Esto permitiría mejorar las presentaciones de nuestros equipos a nivel de las copas Libertadores o Suramericana, justas en las que nuestras escuadras no han logrado una performance satisfactoria en el pasado reciente.