En la Unidad Central del Valle del Cauca, como proyecto integrador en el programa de derecho, se han estado realizando una serie de investigaciones por parte de los estudiantes, consultas que han sido supervisadas y guiadas por los docentes de las diferentes áreas.
El objetivo principal de este proyecto -que se realiza semestralmente-, es resolver una pregunta que involucra algunos de aquellos conflictos sociales sobre los cuales la norma ha puesto su lupa, pero tal vez no lo ha hecho lo suficientemente cerca como para reflejar el sol y causar ese brillante y abrasador incendio de esperanza.
Se nos pidió realizar un concepto jurídico sobre un caso en especial, uno hipotético, uno que fue diseñado para ser resuelto por nosotros y recuerdo que en medio del meet con mis compañeros alguien dijo: Sí bueno, es un caso hipotético, al fin y al cabo.
Pero entre más leíamos, más nos dábamos cuenta de que en realidad podríamos estar narrando inconscientemente una de tantas trágicas historias que han sublevado la violencia de género nuevamente a los encabezados, era un caso que desde la comodidad de nuestros hogares y sin inmutarnos por la gravedad de lo supuestamente acontecido, resolvíamos con quietud esperando una calificación.
Y nos dimos cuenta, las tres mujeres que estábamos allí… nos dimos cuenta y reconocimos que somos mujeres, abogando por una mujer que inmortalizada en papel pidió ayuda.
En el marco del ocho de marzo, el día de la mujer, nos hallamos ante miles de voces calladas por la violencia de género y aunque sea una opinión impopular a esta altura generacional, considero que felicitar a las mujeres en este día es más que válido, pues estamos reconociendo que la mujer independientemente de todo ha conseguido tanto y que, podrá conseguir más sino dirige su mirada a un enfoque equívoco.
Humanicemos cada caso y si somos nosotras quienes nos levantamos en algún momento con un moratón bajo el ojo, el primer paso es pedir ayuda; nadie dijo que fuera fácil, somos seres humanos con miedo, ira y cansancio; pero somos las mujeres que han escrito, expuesto y revelado cada uno de los maravillosos secretos que envuelven la belleza del mundo; damos vida y fortaleza, estamos en las altas cortes, los grandes escenarios de las finanzas, los rincones más inhóspitos de la fuerza pública, recorremos las calles y pintamos el cielo de púrpura.
Así que: Primer paso, recorrer el mundo con una voz de ayuda sin denigrarnos las unas a las otras. Segundo paso: Vive con la pasión inquebrantable de las mujeres que nos permitieron estar aquí hoy.