Sin pretenderlo, me enteré que muchos padecen en silencio, el tema hizo que algunas personas me escribieran, me contaran algunos de sus síntomas y me preguntaran con esperanza si podría ayudarles, lo cierto es que no soy terapeuta, ni coach, ni conozco del tema a profundidad, solo soy una ciudadana preocupada por esta problemática, pues ciertos sucesos que han vivido personas cercanas me impulsaron a escribir.
Acceder a tratamientos no siempre es sencillo por múltiples factores, por lo que una amiga trabajadora social me sugirió que ampliara el tema y que invitara a los lectores a la reflexión: “debemos estar atentos a los signos de alarma, buscar ayuda y romper con los preconceptos acerca de ir a terapia y los costos que implican, emocional y económicamente. En lo emocional: confrontarse, hacer las tareas, empezar a hacer cambios, salir de la ‘zona de confort’” expresó, porque, aunque las cosas estén mal la vida sigue funcionando, entonces ¿para qué molestarse? dirán muchos, a lo que ella llama la economía mental, falsa economía le llamo yo, puesto que el problema es una bola de nieve que crece, se hace peor y tratarlo a tiempo puede hacerse costoso.
Por el lado económico: ¿cuánto cuesta ir a terapia particular, qué enfoque es el que más conviene, con qué regularidad se debe ir para que el proceso sea efectivo? Si se accede por la EPS las autorizaciones y la espera hacen más tedioso el asunto y sobre todo complica la situación para que la persona desee darle continuidad a su tratamiento. ¿Qué están haciendo las instituciones para asegurar el acceso a terapia, qué hace el Estado? Quedan muchas preguntas por resolver que desconocemos por el modo como el sistema de salud y la sociedad trata el tema, con vergüenza o como tabú, cuando en realidad todos estamos locos en mayor o menor medida, lo malo es cuando la mente nos empieza a jugar en contra atacando a otros o a nosotros mismos.
Hay un temor enorme que se esconde tras el miedo al rechazo social, afectar la vida laboral, entre otros, así que vale pensarse el tema con seriedad. Solo quería expresar que cada ser humano es maravilloso, aunque no lo sepamos tenemos un propósito y no es gratuito que estemos aquí, entonces hagamos de nuestra corta estadía en este planeta algo sinigual, a cuidar las mentes.