Así como lo señala el titular se torna por momentos el tráfico vehicular en algunos cruces viales de la Villa de Céspedes.
Resulta que en una ciudad intermedia como Tuluá por momentos se vuelve hasta riesgoso caminar por algunas de sus vías, principalmente en las horas de mayor flujo.
El desorden es evidente no en pocos sectores. Ese desorden aumentó con el daño que sufrió la red semafórica de la Villa de Céspedes aquella tenebrosa y nefasta noche del 25 de mayo de 2021 cuando vandalizaron los semáforos del centro, especialmente.
Solo hasta este año, se ha podido ir recuperando esa red de semáforos que quedaron averiados y hasta fuera de servicio. Desde entonces, a mi modo de ver, se desbordó el tema del tránsito en Tuluá, que de por sí ya era caótico.
Y para completar, en el momento de transitar, lo hacen por donde quieren y como ‘bien les viene en gana’. No todos, pero sí un importante número. Y es allí, infortunadamente, donde los peatones “llevamos del arrume”.
Eso sí, debo reconocer también la indisciplina peatonal. Pero esa indisciplina va de la mano de la cantidad de obstáculos en los andenes y en los sitios por donde debemos transitar quienes caminamos, principalmente en los barrios, porque en la zona céntrica no.
En el centro se vuelve por momentos una odisea, porque el semáforo peatonal está en verde, pero quien camina debe estar atento al motociclista o al ciclista que sigue de largo con total desparpajo, sin siquiera tomarse la molestia de esperar a que pase la persona que va por las línea dispuesta para tal fin, si es que la hay, porque hay cruces, como el de la carrera 30 con calle 25, que para los peatones son de mucho cuidado, como casi todos.
Simplemente un llamado a la cordura y la sensatez. Ni qué decir de quienes les gusta transitar a contraflujo, creen tener la vía y no hacen pare y no respetan a nadie.
Las autoridades tienen responsabilidad, es su trabajo, pero a nosotros como ciudadanos nos asiste la obligación de cumplir la normatividad.
A propósito, en lo corrido de este año, con corte el 14 de agosto, 13 personas habían perdido la vida en accidentes de tránsito en Tuluá y por lo menos 197 lesionados, según cifras de la Policía.