Irene Vallejo, no sólo me ha llevado por la historia del libro, que es la misma historia de la imaginación y el lenguaje humano, sino que me ha señalado nombres de autores y autoras contemporáneos que han enriquecido mi acerbo literario con un maravilloso inventario de obras narrativas y poéticas actuales.
Entre ellos, puedo citar al vasco Fernando Aramburo y a la madrileña Marta Sanz (1967), quien es precisamente a la que voy a referirme en esta nota, luego de leer ese magnífico compendio de literatura escrita por mujeres o que tiene que ver con ellas y que titula “Enciclopedia Secreta, Lecturas en el espejo feminista”, publicado por Contraseña Editorial en febrero del año que corre.
De la autora, ya había tenido oportunidad de leer “pequeñas mujeres rojas” que da cuenta de una España que sigue desenterrando huesos, de las innumerables fosas comunes regadas por toda la península y donde la dictadura fascista hizo enterrar los fusilados y asesinados por sus esbirros, una vez derrotados los ejércitos de la República. Libro que debió leer Pedro Almodóvar, antes de hacer su película “Madres paralelas”.
Este detallado y ameno registro de voces femeninas, o masculinas que dan cuenta de lo femenino, es la mejor manera de establecer la preponderancia que desde inicios del siglo XX ejerce la mujer sobre las variadas formas de ficción y como desde su especial imaginario le propone a la poesía nuevos lenguajes e insólitos espacios que la retoman como verdadero lugar de resistencia y de combate.
En sus 600 páginas, “Enciclopedia Secreta”, nos pone de presente como desde la creación literaria, las mujeres, dinamitan las pretendidas fortalezas de lo masculino, y los supuestos privilegios de la tradición patriarcal, enseñándonos a leer desde un punto de vista feminista, lleno de dolores y desarraigos, pero también pleno en ironía, humor, sarcasmo y una pléyade de maravillosas sorpresas.