Aunque a primera vista, era lógico la alegría que despertaría la llegada de las vacunas a nuestro país, toda vez conocidos los inconvenientes para su adquisición en una carrera maratónica peleada entre cientos de países, creemos como la mayoría de los colombianos, que tanto el señor Presidente como sus funcionarios de gabinete se sobrepasaron en su euforia y malgastaron altas sumas de dinero en el primer y segundo día de iniciada la jornada de vacunación contra el Covid-19.
Al mismo tiempo, desperdiciaron tiempo precioso, en una labor que requería respuesta inmediata, dados los anhelos del sector salud, por la aplicación de los inmunológicos que tienen como fin detener la pandemia a corto y largo plazo, hasta que se logre lo comúnmente denominada “inmunidad de rebaño” para lo cual se requiere vacunar el 70% de la población en todo el territorio nacional.
Es costumbre, en el sector oficial, realizar un gigantesco protocolo, cuando de inaugurar obras se trata, hasta se hace sin terminar quedando inconclusas, dejándole al próximo mandatario un problema, que tampoco lo resuelve, por cuestiones politiqueras y así ha sucedido a través de la historia que tenemos del pasado reciente.
Sin embargo, para algo tan serio como es la contención de una pandemia que ha dejado en Colombia 58 mil muertes, nos parece que no había ninguna necesidad del show que vimos en las cámaras de televisión, como lo indignante que ocurrió en el departamento de Sucre, cuando obligaron a devolver la caja de los biológicos, para ser entregados al gobernador y tomar la foto oficial del evento.
Hasta ridículo, nos pareció el panorama visto, tanto así, que llama la atención la respuesta del gremio de la salud, que se exasperó con tanto protocolo innecesario, cuando se está jugando con la suerte de la mayoría del pueblo.
Definitivamente, somos muy folclóricos, estamos viviendo una tragedia, en donde mueren diariamente cerca de 200 personas, ahora que se bajó el pico de la pandemia, y lo que importa es la foto de “quien hizo la tarea” en lugar de hacer mucho más esfuerzo por intentar mayor rapidez en la adquisición de los biológicos faltantes, para que no se presente interrupción en la jornada que se tiene prevista para todo el año y obviamente se deberá enfrentar inconvenientes, imprevistos, obstáculos y la tradicional oposición, que estará presta, a la crítica, ante cualquier falencia del gobierno.
Y ahora que se supone, debemos entrar en un apretón fiscal, es necesario y urgente disminuir el gasto público, y una de las formas de hacerlo, es precisamente disminuir al máximo los protocolos, las fiestas oficiales, y lo más importante esa malhadada costumbre de ganar réditos políticos con las obras que entrega un gobierno, sin tener en cuenta para nada, que es su obligación atender las necesidades de la gente que lo eligió, sin esperar, a veces, ni los agradecimientos públicos.
Vimos cómo el Ministro de Salud, insistió una y otra vez,en no aprovechar politiqueramente, esta entrega de las vacunas, sin embargo, se dejaron entrever estas intenciones con publicidad soterrada y subrepticia en esta ocasión tan excepcionalmente seria y al mismo tiempo dolorosa, cuando hay miles de personas esperando esta oportunidad, para continuar salvando vidas.