Desde el pasado domingo trece, la comunidad Ucevista, ha seguido orgullosa de su Universidad, ajena a los resultados electorales, ese orgullo se debe a que ya entramos a recorrer con altura y dignidad el camino de los otros cincuenta años.
Hace más de media centuria, Tuluá no lo soñaba y un grupo de idealistas se propuso con tenacidad a la creación de un centro de Educación Superior, que colmara las ilusiones de la juventud, que sentía frustrado su futuro, que teniendo vocación de estudio no podía trasladarse a otras regiones del país, por múltiples razones, en especial, la económica.
Fue dura la lucha, pero no en vano el esfuerzo y tras inmensas vicisitudes se ha conseguido el recto funcionamiento y la continuada aprobación de sus facultades, que han permitido el título profesional a miles de egresados, hombres y mujeres, que están honrando su desempeño en multiples e importantes posiciones dentro y fuera del país.
Recordamos que cuando el ICFES, insinuó la asesoría de una universidad del Departamento, su repuesta fue negativa, argumentando el déficit presupuestal de esa institución, que seguramente no existía.
Pasaron las décadas y nuestra Uceva, con cinco rectores en su historia, va transitando por los caminos del éxito académico y administrativo. Quienes han estado al frente de esas dos columnas de nuestra Universidad Central del Valle del Cauca, nos han dado y dan su permanente desarrollo con nuevas carreras profesionales que van cubriendo la demanda ciudadana.
En esa misión está nuestro rector Juan Carlos Urriago Fontal, con ese excelente equipo de colaboradores, quienes aman a la Uceva y cuyo objetivo es la de consolidarla como una de las fortalezas de la Educación Superior en el país.
Hoy en día, nadie puede desvalorizar la Universidad, por el contrario, están reconociendo que nuestras carreras, están y las futuras estarán cubiertas e iluminadas con la luz de la investigación y de la alta calidad. Esa es la Uceva, la Universidad del futuro.
Sabemos que la aspiración natural de la juventud hacia un ideal elevado tiene así la posibilidad de manifestarse. No dura más que poco tiempo, pero llega a madurar, a afirmarse. Tras la desvergüenza de las capitales, la esperanza de renovar la virginidad de la tierra se ha refugiado e la encantadora provincia centro vallecaucana.