El voz a voz nos tiene al borde de un ataque de nervios. Gran número de personas solo se informan a través de las redes sociales o de los grupos a los cuales pertenecen en WhatsApp y le dan el crédito a todo lo que se dice en esos pequeños párrafos que escriben personas que también repiten como loras lo que oyen por ahí, sin confrontar la información con los medios serios que existen en el país.
Eso está ocurriendo en Tuluá con el incendio de las busetas que vienen prestando el servicio de transporte urbano y rural. Alguien manifestó que era producto de una extorsión, otros dijeron que les estaban cobrando un dinero, los más atrevidos pregonaron que era un corto circuito. También se dijo, que todo sucedió porque habían aprobado la llegada de otra empresa de taxis con cupos más económicos que el de los actuales vehículos amarillos. Al final, las autoridades nos dejó pegados del techo, porque luego de un consejo de seguridad, solo expresaron que el hecho es materia de investigación y no le dieron ningún crédito a las especulaciones de los ciudadanos.
Ahora los entes encargados de la investigación, han ofrecido 30 millones de pesos de recompensa a quienes ofrezcan información certera que conduzca a la detención de los culpables, mientras tanto, las pocas busetas que prestan el servicio urbano tienen el acompañamiento de la policía.
Sin embargo, muchas personas lo piensan dos veces para montarse en una buseta del transporte local, porque también fueron victimas de la falsa noticia que se difundió a través del voz a voz y están convencidos que es cierta.
Para evitar el caos, en una ciudad como Tuluá que a nivel nacional tiene la imagen de ser muy violenta, el mejor consejo que se puede dar a los “informadores del WhatsApp” es que primero certifiquen que las noticias que les llegan por este medio, son verdaderas, y no compartirlas de inmediato a todos sus contactos que tampoco la confirman. Mejor dicho, todo mal!.