Los reconocimientos deben hacerse en vida, según tengo entendido, y estimo oportuno relievar altamente a la rectora de la institución educativa Liceo Juvenil Bilingual School de Buga, Graciela Gómez Zuluaga, que a los 83 años de edad, continúa bajo su dirección, con una lucidez envidiable.
Asombra y gratifica, su paso lento y seguro por los salones y corredores atenta a todo cuanto sucede, nada se le escapa, dialoga con los profesores, observa con precisión, así sea lo más mínimo y lo que más me impresiona es su inquebrantable fe católica que testimonia ante sus educandos.
Con el máximo de libertad, hace un llamado para que la institución siga por el camino trazado desde su fundación, hace ya 30 años, hoy más que nunca, cuando el relativismo global se ha tomado la mayoría de la juventud y la pérdida de valores, de sentido de la vida, conduce a una infernal soledad a muchos, que desafortunadamente, no han contado con el apoyo oportuno ante las primeras dificultades que seguramente enfrentan.
Es indudable el valor inmenso de la familia en su integralidad, es la primera escuela donde aprende el niño a relacionarse, con sus padres y luego con los hermanos, si los hay. Pero es demasiado importante el paso por la primera etapa educativa, en donde los profesores, juegan un papel imponderable, gigantesco, todos recordamos a nuestros primeros maestros de la escuela, es un bello recuerdo.
Nunca se les pagará suficiente, por lo que transmitieron, deberían ser los mejores pagados tanto en el sector público como el privado. Y es la razón de mi admiración por “Susanita”, como es conocida cariñosamente por la comunidad educativa, el énfasis que hace en contar con los mejores formadores y siguiendo los lineamientos que no perecen, es el camino seguro hacia la paz.