Nunca me imaginé la presión tan constante y también molesta situación que causa personalmente la continua mensa-jería proveniente del mercado nacional para que utilice la tarjeta de crédito.
Si hubiera conocido con anticipación esta cadena de alianzas con la entidad bancaria en donde funciona mi cuenta de ahorros, no me hubiera dejado convencer de la linda y curvilinea empleada que me hizo la gestión.
Veamos, por ejemplo, algunos de los mensajes que me envían: Desde Alpina, hoy con un 12% de descuento puede adquir nuestros productos; Si hoy te decides, te damos un 65% de descuento, con los comercios aliados; Tienes hoy doble puntaje tuplus con compras en educación; nuevo celular en Wom % de intereses con tu T.C.; Este es único: pensando en viajar? ofrecemos asistencia médica internacional en el exterior; compra en Mercado Libre sin intereses hasta 12 meses; 20% de descuento en droguerías Cafam, disfruta hoy; con Metrabox trae lo que quieras del exterior; 15% de descuento en planes de medicina prepagada; 30% de descuento en tasas de interés para el pago de universidad, colegio o curso cualquiera; disfruta de Jumbo hoy 30% en frutas y verduras.
Qué joyitas, la manera impresionante de inducir al consumo y comprometer al usuario y tal como afirma el mensaje tiene que ser hoy, es decir, si no lo haces, mañana es demasiado tarde. Y buscan por un lado y otro, para dar con la debilidad del cuentahabiente, hasta que seguramente cae porque cae.
Pues yo no voy a caer y devolveré lo más pronto que pueda la famosa tarjeta, pues ahora confirmo la salvaje arremetida del mercado, que se ha convertido en el axis mundial de la actividad económica.
No es posible tanto engaño sutilmente estudiado para atrapar incautos sea como sea, lo importante es el consumo, no importa que se endeuden hasta la coronilla para luego quedarse con lo poco o nada que le queda al usuario.
Esta es una de las tantas esclavitudes como se encuentran millones de personas en el mundo contemporáneo.