Elegí este tema porque una amiguita muy querida se encuentra en este dilema que no la deja ni dormir, por el miedo de tomar una mala decisión.
Y es que se enamoró del amigo más cercano, ante lo cual, con todo mi cariño, le digo que este tipo de asuntos a veces se torna complicado, porque cuando nos enamoramos de un amigo surgen nuevas emociones que traspasan las fronteras de la amistad. El dilema o el problema suele estar en la decisión de salvar la amistad o arriesgarse y de pronto encontrar en el amigo la pareja con la que toda la vida ha soñado.
Nunca he escuchado que alguien encuentre la respuesta sobre qué camino seguir, pero existen ciertos detalles que se deben tener en cuenta para tomar una decisión. Porque la vida es de decisiones, buenas o malas, pero hay que tomarlas.
Cuando los amigos descubren que su relación está tomando otros rumbos no es porque el destino esté jugando con ellos sino porque existen todas las condiciones para que el sentimiento mutuo que hay se vuelva más profundo. Siempre que dos personas se buscan, bien sea en plan de amistad o de amor, es porque son afines en gustos y temperamentos, nadie es amigo de quien “le cae mal” y mucho menos se enamora.
Y como lo desconocido produce miedo, porque no sabemos qué pueda pasar, la mayoría de las veces no nos arriesgamos a perder al amigo. Hay una canción de Nelson Ned que dice: “…un gran amigo vas a perder y un gran amor vas a ganar…” y es por ello que hay que pensar muy bien antes de tomar una decisión. En mi concepto lo más lindo son los amigos, porque en ellos son escasos los celos, las traiciones, egoísmos y cuando necesitamos de su compañía siempre están allí, para las que sea. El amor también genera muchas sensaciones hermosas pero como es más pasional, emocional, nos llevan a actuar, en la mayoría de los casos, alejados de la razón. Y al final, esas maripositas que se sentían en el estómago, que subían y bajaban, se mueren
. ¿Entonces, qué decidiría usted, el amigo o el amor?