No me gustan los perros en mi casa y, aunque me parecen simpáticos, no me motiva tener alguno. Nunca los he maltratado y jamás lo haría, tampoco se me ocurre darles un beso, abrazarlos o decirles palabras cariñosas, porque simplemente no me nace.
Es más, me preocupa cómo toda mi familia, sin excepción, los humaniza, los suben a las camas, les sirven en el comedor y hasta les dan besos en la boca.
A mis nietas y mis hijos les causa alergia el pelo del perro pero a ellos no les importa, porque los consideran como un hijo más, un miembro de la familia.
Seguramente muchos se estarán preguntando ¿qué problema hay en humanizar a un perro? El principal inconveniente reside en que, al tratarlo como a un ser humano, se pasan por alto las reglas básicas, lo cual se traduce en múltiples problemas de comportamiento que, en la mayoría de los casos, son interpretados como “caprichos” por el dueño.
Y no olvidemos lo que cuesta, las intervenciones quirúrgicas y las medicinas, por cierto, son bien costosas, porque hay animalitos, sobre todo los que están de moda, cuyas razas son bastante delicadas. Sufren de cáncer, de los pulmones, se hernian y, como cualquier humano, requieren diversos tratamientos y terapias.
Hasta donde conozco, no tienen salud subsidiada; hay que pagar con un billete tras otro.
Aunque es normal sentir ternura y amor por el perro de casa, esto no puede cegar a sus amos, deben entender que son diferentes a nosotros y que, antes por el contrario, humanizarlos puede generarles muchos problemas y sufrimiento.
Y es que, a esta clase de perritos, además, suele permitírseles cualquier cosa dentro del hogar, pues no se le ponen límites al pensar que esto puede “traumarlo” o significar que no se le quiere. El resultado son animales difíciles de controlar, lo cual genera muchos conflictos en el hogar.
Lo ideal es encontrar un equilibrio entre el amor y los cuidados que le brindas, siempre necesarios, y el reconocimiento y satisfacción de sus necesidades instintivas.
Solo así la mascota de casa tendrá una vida equilibrada y la relación con la familia será armoniosa.