Sin duda, el invierno que afronta nuestro país en particular, y varias regiones del mundo en general, es uno de las más agudos que hemos afrontado, por lo menos en la historia reciente.
Las pérdidas de vidas humanas, las inundaciones y las avalanchas que han destrozado viviendas, carreteras y cultivos, son pruebas fehacientes del fenómeno en cuestión.
Como consecuencia de lo anterior, esta temporada de lluvias ha puesto en jaque a residentes de los sitios afectados y a las mismas autoridades, que, a pesar de sus buenas intenciones y medidas adoptadas, se han visto, en algunos casos, impotentes ante la magnitud de los estragos ocasionados.
Incluso, varias familias han tenido que ser evacuadas por temor a nuevos eventos destructivos. Si bien la solidaridad de la gente en estos casos se ha hecho manifiesta con el aporte de alimentos, medicamentos, ropa, entre otros, estas ayudas a largo plazo no representan una solución definitiva al problema, puesto que muchas familias lo han perdido todo, incluida su vivienda, situación que los deja en una situación de profunda vulnerabilidad.
Con el fin de minimizar los efectos devastadores anotados, urge a las autoridades competentes levantar un censo de las viviendas que han sido construidas en zonas que pueden ser afectadas por desbordamientos de ríos, quebradas o por deslizamientos de tierra, con el fin de tomar las medidas preventivas de forma oportuna.
De igual modo, los planes de urbanización en las diferentes municipalidades se han de desarrollar en partes seguras para sus moradores.
Vale señalar que temporadas como la que estamos enfrentando no surgen de la nada. Estas, al decir de expertos, se deben a la tala indiscriminada de árboles, a la emisión de gases tóxicos por parte de vehículos automotores y fábricas en general, a la ausencia de alcantarillado en algunos sectores de pueblos y ciudades, hecho que causa erosión y deslizamientos de tierra, los que se agudizan con el invierno.
No de menor importancia en este punto, es lo que se relaciona con el calentamiento global, que cada vez se hace más crítico, debido a los sofisticados procesos industriales que se adelantan, especialmente en los países desarrollados, cuyos efectos adversos, de todos modos, afectan a la humanidad entera.
Así las cosas, es tiempo ya de estudiar a fondo los referidos aspectos porque de lo contrario no tendremos una segunda oportunidad sobre el planeta tierra.